01 marzo 2006

"Escupen al PP en la cara de las víctimas"


Esta frasecita la ha vomitado el impresentable chulo Zaplana, ahora aquejado de un repentino ataque de sensibilidad y cursilería, como su jefe provisional, Mariano Rajoy, explotando su vis victimista o simplemente manipuladora. No deja de ser curioso observar cómo uno de los mayores matones dialécticos del reino se duela de que utilicen contra su trouppe nacional-católica la misma medicina que él y sus colegas llevan gastando desde hace casi dos años.

Pues vaya cosa, a nadie se le oculta que, efectivamente, el PP se oculta tras las faldas de la AVT por obra y gracia del evangélico Alcaraz. Así, si algún esputo verbal le cae a las víctimas, lejos de culpar al que lo lanzó, que miren éstas por entre los miriñaques de su asociación, donde encontrarán a la plana dirigente de la FAES entre las enaguas y refajos con que su estrábico presidente ha vestido el invento. ¡Bien saben Zaplana, Acebes, y el insufrible Aznar detrás de quién hay que esconderse! Lo que sea con tal de volver a gobernar, pese a quien pese. Todo por la pasta: la de las subvenciones con cargo a los presupuestos generales del Estado, en blanco; la del ladrillo, en negro. Y, luego, a ser agradecidos con los potentados que les dan de comer, y con la secta que les asegura la salvación eterna. Buena receta que a alguno le dió tanta envidia que la probó y repitió.

Hablando de sentimientos mezquinos, uno no sabe si los cristianos, en general, y los católicos, en particular, sienten envidia de las animaladas que han montado los mahometanos por las dichosas caricaturas de su "profeta". Por cierto que lo parece, pues a Leo Bassi le han puesto una denuncia por "ofender los sentimientos religiosos" en su espectáculo en el teatro Alfil de Madrid. Todavía no me explico cómo un evento al que nadie está obligado a asistir puede ofender los sentimientos de los meapilas, pero lo cierto es que así se han sentido los del centro jurídico "Tomás Moro", un grupo de católicos estreñidos que, con su licenciatura en Derecho bajo el brazo, ya llevan algo de tiempo amenazando con afán inquisitorial a todo aquel que pone de relieve el conjunto de memeces sobre el que se asienta la superstición cristiana. Como no podían ser menos, Nacho Arsuaga y sus compinches se suman a todas las iniciativas de este tipo. Y es que los voluntariosos chicos y chicas de hazteoir.org, aun cuando dicen no tener ideología alguna, no pierden ninguna ocasión para defender los intereses de la institución que los ha parido.

Llegado a este punto, uno se pregunta si podrá denunciar a la secta católica porque en las misas hacen un rito asqueroso en el que pretenden convertir el vino en una sangre que luego se bebe el hechicero celebrante, o el pan en una carne (se supone que humana) que luego se comen todos los asistentes. ¿No es eso una cochinada? ¿No es una ofensa a la inteligencia, al sentido común y hasta al buen gusto? Pero ya ven, como nadie me obliga a asistir a las susodichas misas, lo que hagan los católicos con su pan y su vino me la trae al fresco: ellos se los guisen (o consagren) y ellos se lo coman (o comulguen). ¿Por qué no podrán aplicar estos iluminados la misma filosofía? No pueden, claro, porque si se dice en voz alta que lo que predican es mentira, podrían perder clientela. Y eso no es bueno para sus bolsillos: otra vez, todo por la pasta. Amén.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola. Leía tus comentarios en el blog del homosexual "enfermo", y de ahí llegué a tu blog. Creo que escribes muy bien, y me encanta tu sentido del humor. No sé si lo haces adrede, pero yo me parto de risa leyéndote. Por cierto, te agradezco todos los enlaces que introduces en tus artículos. Debe de ser trabajoso, pero es una muy buena forma de documentar tus textos. Gracias!

Cavernarius dijo...

Pues claramente debo estar haciendo algo mal, porque a mí no me hace ni pizca de gracia que los profesionales del timo (ya estén vestidos con clergyman o con turbante y chilaba) intenten llevarnos de nuevo a la Edad Media.

De todas formas, gracias por tus palabras de ánimo.

Anónimo dijo...

¿Se puede denunciar a la Iglesia católica?

Pues la verdad es que no. La asociación andaluza COLEGAS (colectivo de lesbianas y gais de Andalucía) lo intentaron por los continuos insultos que lanzaban los obispos (falsa moneda, similares a cucarachas, desordenados, rompedores de la familia, etc.) el fiscal general del estado (nombrado por el PP) se negó a aceptar la denuncia. Contra una campaña de apostasía de COGAM (colectivo de lesbianas y gais de Madrid) en cuyo cartel aparecía una custodia con dos dardos clavados la justicia sí admitió a trámite unas 16 denuncias por ofensas a los sentimientos religiosos.

Este es mi primer mensaje aquí. Felicidades por el blog.

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