24 marzo 2006

08 marzo 2006

Inaudito: ¡estoy de acuerdo con Rajoy!

Parece increible, pero así es. Estoy de acuerdo con Rajoy en que el polémico presidente del Consejo General del Poder Judicial, Francisco José Hernando, ni tiene por qué, ni debe acudir al torpe llamamiento que le ha hecho la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados. Y no es porque me caiga bien este magistrado que hizo su carrera judicial a la sombra del franquismo y que ahora sólo disimula ser demócrata. Tampoco por hacerle de menos a una de las Cámaras que representan al pueblo español. No es eso. Es que el cráneo privilegiado que tuvo la ocurrencia de citarle ha perdido la ocasión de poner en evidencia el desprecio que siente este señor hacia la representación popular (como ha dejado de manifiesto en las veces en que, sin ser requerido para ello, alentó la redacción de informes absurdos y contrarios a varias iniciativas legislativas del actual Gobierno).

Verán, cualquiera que tenga unas mínimas nociones de Derecho constitucional sabrá que es obligatorio comparecer a requerimiento de las Cámaras (art. 76.2 CE), pero que la normativa de desarrollo de este precepto de la Constitución, la Ley Orgánica 5/1984, de 24 de mayo, sólo recoge esta obligatoriedad cuando se trate de una Comisión de Investigación, y, por suerte o por desgracia, la Comisión de Justicia del Congreso no tiene tal carácter.

Por si fuera poco, la materia sobre la que se pedía su comparecencia era la explicación de una sentencia del Tribunal Supremo al etarra Parot. Vamos a ver, las sentencias se explican en sí mismas, y a los particulares y al resto de las autoridades sólo les queda cumplirlas, y, si no están de acuerdo con ellas, recurrirlas ante la instancia procesal correspondiente. Como las sentencias del Tribunal Supremo son irrecurribles (salvo ante el Tribunal Constitucional en amparo por violación de derechos fundamentales), realmente es que no hay nada que explicar que no venga ya explicitado en la misma sentencia. Y cuando los jueces y tribunales dictan sentencia, lo hacen de tal manera que son "independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley" (art. 117.1 CE), por lo que sólo rinden cuentas por ello ante el mismo Poder Judicial, nunca fuera, ya sea porque sus sentencias sean revisadas en posterior instancia o porque el Consejo General del Poder Judicial o las Salas de gobierno de los Tribunales adopten medidas disciplinarias contra ellos. Es decir, que el Poder Legislativo no pinta nada en todo este asunto.

Así que a Hernando no le pueden buscar las cosquillas por no haber acudido a declarar, y además se ha burlado de las Cortes Generales y le ha hecho ganar un punto al PP, que le apoyó desde el principio. Les ha salido la jugada redonda.

Pero, en fin, cambiemos de tema, que hay cosas en el eclesiasterío que a uno lo ponen los pelos de punta. Como, por ejemplo, las últimas declaraciones de Agustín García-Gasco, arzobispo de Valencia por la secta católica, el mismo que tenía de propagandista a un cura que decía que si a las mujeres se las maltrata, es que algo habrán hecho para merecerlo. Pues bien, este García-Gasco es un trolero, mentiroso, falsario, mendaz y todos los demás sinónimos de la palabra "embustero" que se les pueda ocurrir. ¿Por qué? Porque no es cierto que las palabras "padre" y "madre" desaparezcan del Registro Civil ni del Libro de Familia: se mantienen en el caso de los matrimonios heterosexuales. Pero este hechicero de tres al cuarto, como otros de su misma especie, sostiene que sí, que jurídicamente ya no existen los padres ni las madres, y con declaraciones tan maliciosamente engañosas les mete el miedo en el cuerpo al conjunto de beatas y meapilas que componen su rebaño. ¡Ay, pobres borregos, qué confundidos les tienen sus "pastores"!

En fin, habría que recomendarle a García Gasco que se compre un cilicio para mortificarse un poco, por mentirosete. Que se lo ponga en la pierna y no se lo quite hasta que le salgan heridas, y si éstas se le infectan, le aparece gangrena y tienen que amputársela (la pierna), que tenga la bondad de no acudir a un hospital para estas cosas: que demuestre su fe y le cure el muñón su falso dios (Santiago 5, 14-15).

02 marzo 2006

Terrorismo cristiano, falangismo católico... y un poco de sentido común


Si antes lo menciono, antes ocurre. Ayer hablaba de la demanda que interpuso un grupo de abogados fundamentalistas católicos contra Leo Bassi, y hoy la noticia es que han atentado con una bomba incendiaria en el teatro donde actúa, que afortunadamente pudo ser encontrada y desactivada a tiempo. Curioso el "amor al prójimo" de los cristianos. El arma del artista italiano es la palabra, lo que más temen los sectarios, pues con ella se pone de manifiesto el absurdo de su sistema de creencias. Así que unos tratan de acallarle con demandas en los juzgados, y otros, con bombas. Son así, no pueden evitarlo: sólo tratan de hacer lo que su falso dios les ha mandado (por medio de sus ministros). En el fondo son dignos de lástima.

Cambiando de tema, permítame el lector un deje de vanidad, pues hace ya tiempo denuncié la similitud de ciertas declaraciones episcopales con los puntos programáticos de la Falange Española, pero ayer esa similitud pasó a ser identidad plena. El flamante cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Toledo y primado de España por la secta católica, afirmó literalmente que la unidad de España es "una unidad histórica, una unidad de destino entre los distintos pueblos de España respetando sus peculiaridades". Y no es que yo tenga algo en contra de la unidad de España, antes bien, me parece una cosa muy razonable. Lo que realmente me preocupa es que venga un clérigo a defenderla con los argumentos de un fascista como Primo de Rivera. Pues nada, habló el cardenal y España seguirá unida y consagrada al sagrado corazón de Yeshu (¿una víscera sanguinolenta?).

Pero no todo son malas noticias. Ayer supe que la Federación Internacional de Ateos está preparando en Valencia unos actos coincidentes con la visita de Ratzinger a esa ciudad para presidir no sé qué encuentro de familias sectarias. En estas Jornadas Ateas habrá charlas, debates, actividades culturales y declaraciones públicas de apostasía: un poco de luz en medio de una ciudad que, en pleno mes de julio, estará sumida en las tinieblas del cristianismo. Bienvenida sea esta iniciativa de la FIDA.

01 marzo 2006

"Escupen al PP en la cara de las víctimas"


Esta frasecita la ha vomitado el impresentable chulo Zaplana, ahora aquejado de un repentino ataque de sensibilidad y cursilería, como su jefe provisional, Mariano Rajoy, explotando su vis victimista o simplemente manipuladora. No deja de ser curioso observar cómo uno de los mayores matones dialécticos del reino se duela de que utilicen contra su trouppe nacional-católica la misma medicina que él y sus colegas llevan gastando desde hace casi dos años.

Pues vaya cosa, a nadie se le oculta que, efectivamente, el PP se oculta tras las faldas de la AVT por obra y gracia del evangélico Alcaraz. Así, si algún esputo verbal le cae a las víctimas, lejos de culpar al que lo lanzó, que miren éstas por entre los miriñaques de su asociación, donde encontrarán a la plana dirigente de la FAES entre las enaguas y refajos con que su estrábico presidente ha vestido el invento. ¡Bien saben Zaplana, Acebes, y el insufrible Aznar detrás de quién hay que esconderse! Lo que sea con tal de volver a gobernar, pese a quien pese. Todo por la pasta: la de las subvenciones con cargo a los presupuestos generales del Estado, en blanco; la del ladrillo, en negro. Y, luego, a ser agradecidos con los potentados que les dan de comer, y con la secta que les asegura la salvación eterna. Buena receta que a alguno le dió tanta envidia que la probó y repitió.

Hablando de sentimientos mezquinos, uno no sabe si los cristianos, en general, y los católicos, en particular, sienten envidia de las animaladas que han montado los mahometanos por las dichosas caricaturas de su "profeta". Por cierto que lo parece, pues a Leo Bassi le han puesto una denuncia por "ofender los sentimientos religiosos" en su espectáculo en el teatro Alfil de Madrid. Todavía no me explico cómo un evento al que nadie está obligado a asistir puede ofender los sentimientos de los meapilas, pero lo cierto es que así se han sentido los del centro jurídico "Tomás Moro", un grupo de católicos estreñidos que, con su licenciatura en Derecho bajo el brazo, ya llevan algo de tiempo amenazando con afán inquisitorial a todo aquel que pone de relieve el conjunto de memeces sobre el que se asienta la superstición cristiana. Como no podían ser menos, Nacho Arsuaga y sus compinches se suman a todas las iniciativas de este tipo. Y es que los voluntariosos chicos y chicas de hazteoir.org, aun cuando dicen no tener ideología alguna, no pierden ninguna ocasión para defender los intereses de la institución que los ha parido.

Llegado a este punto, uno se pregunta si podrá denunciar a la secta católica porque en las misas hacen un rito asqueroso en el que pretenden convertir el vino en una sangre que luego se bebe el hechicero celebrante, o el pan en una carne (se supone que humana) que luego se comen todos los asistentes. ¿No es eso una cochinada? ¿No es una ofensa a la inteligencia, al sentido común y hasta al buen gusto? Pero ya ven, como nadie me obliga a asistir a las susodichas misas, lo que hagan los católicos con su pan y su vino me la trae al fresco: ellos se los guisen (o consagren) y ellos se lo coman (o comulguen). ¿Por qué no podrán aplicar estos iluminados la misma filosofía? No pueden, claro, porque si se dice en voz alta que lo que predican es mentira, podrían perder clientela. Y eso no es bueno para sus bolsillos: otra vez, todo por la pasta. Amén.
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