Luis María Ansón, integrista nacionalcatólico de pro, abandonó recientemente la dirección del diario ultraderechista La Razón, que él mismo fundó, para retirarse de la primera línea y hacer sólo contribuciones esporádicas. Dicen las malas lenguas que esto se ha debido a supuestas discrepancias con el propietario de la cabecera (el Grupo Planeta) a cuenta de la línea editorial del periódico, no muy del agrado de José Manuel Lara.
No es la primera vez que ocurre algo así, pues Ansón fue también director del diario conservador Abc y también se marchó por controversias con los propietarios (la familia Luca de Tena). En aquella otra ocasión, su partida casi tenía relación de causa-efecto con unas declaraciones del ex-director en que afirmaba que, para echar al PSOE de Felipe González del Gobierno, había sido necesario incluso poner en peligro la estabilidad del Estado, destapando una supuesta conjura en la que habrían participado también el diario El Mundo y la cadena COPE.
Pero ahora Ansón renuncia a su "merecido" retiro y regresa de nuevo al periodismo activo, nada menos que como fichaje estrella del Grupo Intereconomía, de cuya dirección del consejo editorial va a hacerse cargo. Conocida es la mala racha que lleva Intereconomía, con su buque insignia, la cadena Radio Intereconomía, en franca caída tras el desvío de personal y fondos a las aventuras televisivas del Grupo, Intereconomía TV, que tampoco termina de despegar, a pesar de haber sido agraciada con una concesión por parte de la nada imparcial Esperanza Aguirre.
De modo que les quedan Época, la revista-libelo que fundó el falangista Jaime Campmany (de infausta memoria) y el semanario Alba, otra revistilla dirigida al clero católico y a sus más directos siervos (kikos, legionarios y opusinos). En ambos casos se trata de medios con una audiencia muy reducida por lo sectario y radical de su mensaje. El propio presidente del grupo, Julio Ariza, es señalado como miembro del Opus dei, y en su momento fue diputado en el Parlament de Catalunya por el PP, entonces dirigido por el impresentable Vidal-Quadras, otro afín al conservadurismo más rancio y montaraz.
De modo que Ansón da un pasito más hacia la ultraderecha, colocándose esta vez junto a los fundamentalistas cristianos, un espacio que muchos ya veíamos como el hábitat periodístico natural de este personaje. ¿Con qué nuevo engendro pretenderá otra vez desinformar? Habrá que estar pendiente de lo que salga de Intereconomía los próximos meses.
La noticia, aquí.
16 noviembre 2005
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