Así ha calificado la diputada Fátima Báñez García, del PP, la actuación de la secta católica para justificar su injusta y antisocial financiación con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Lo cierto es que tal nivel de desinformación (o de desvergüenza) no parece muy apropiado para alguien que ocupa un escaño en el Congreso de los Diputados.
Desinformación, digo, porque la supuesta labor impagable tiene financiación independiente por la vía de la casilla de "otros fines de interés social". Es decir, que Cáritas y todas las demás ONGs de la secta cobran también de la parte de los impuestos que pagamos los que no pertenecemos a la susodicha. Esto debiera saberlo bien la diputada Báñez, pues el PP financia con largueza a estas instituciones en las Comunidades Autónomas donde malgobierna, mediante subvenciones múltiples. De modo que lo que el Estado destina de la casilla de la secta católica, va íntegramente a pagar el sueldo de cardenales, arzobispos, obispos diocesanos, obispos auxiliares, vicarios, canónigos, arcedianos, arciprestes, párrocos, coadjutores, diáconos, abades y abadesas, priores y prioras, superiores y superioras, monjes y monjas, y frailes en sus diversas modalidades. Y a esto hay que incluir el coste que supone para la Seguridad Social el pago de las cuotas sociales de todos estos "trabajadores", así como el coste de sus pensiones tras retirarse del duro "trabajo" que realizan. Esto sí que es oneroso para la caja de la Seguridad Social y no las pensiones de viudedad que se concedan a los matrimonios homosexuales, como se quejaba el gran mentiroso de Rouco.
Pero puede que no sea la desinformación el problema de esta diputada, sino la simple desvergüenza, por calificar de "labor social impagable" a lo que únicamente puede llamarse irracionalidad, descalificación del contrario, oposición a los derechos civiles, mentira sistemática, charlatanería, adoctrinamiento sectario, extensión de la crispación... y robo y estafa al amparo de los acuerdos entre los Estados español y vaticano de 1979.
Labor impagable, desde luego, para el PP, por los servicios prestados por los medios agit-prop de la secta y sus sociedades interpuestas. Pues que esos servicios los pague el PP, no el conjunto de la sociedad española. Ya estamos hartos de necedades episcopales.
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30 noviembre 2005
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