06 enero 2007

Hablemos de "HazteOír"

El cristianismo, creo haberlo dicho en alguna otra ocasión, es una religión de degenerados. Y dentro de esta degeneración, podemos encontrar dos tipos distintos de personas. En primer lugar, están aquellos para los que la patología cristiana es una parte constitutiva de su personalidad: odian la vida, el placer, la libertad, el pensar por uno mismo, la responsabilidad individual... Para este tipo de cristiano "constitucional" la penitencia, la humillación, el dolor, la crueldad y la falsedad son auténticas necesidades vitales. Sufre, en palabras de Nietzsche, una pulsión de muerte. Pero, a la vez, el cristiano constitucional es un miserable cobarde: odia la vida, pero no se atreve a quitársela. Así, convierte el suicidio en pecado para no tener que afrontar esa posibilidad que tanto le aterroriza.

Los cristianos "constitucionales" son los que han creado y moldeado la boba superstición cristiana en la forma en que la conocemos hoy. Su primera figura fue el histérico esquizoide Shaúl de Tarso (san Pablo), cuyo ejemplo fue seguido por gentuza del calibre de Tertuliano, Orígenes y Atanasio de Alejandría, Osio de Córdoba, Ambrosio de Milán, Agustín de Hipona, Juan Crisóstomo, Benito de Nursia, Bernardo de Claraval, Domingo de Guzmán, Ignacio de Loyola y tantos otros santos, padres y doctores de la secta criminal católica. Ya en tiempos modernos tenemos a Escrivá de Balaguer (opus dei), Kiko Argüello (camino neocatecumenal), Marcial Maciel (legionarios/pederastas -presuntos- de cristo), Luigi Giussani (comunión y liberación) o Chiara Lubich (movimiento de los focolares), todos ellos amparados por el execrable Karol Wojtyla, cuya siniestra figura me comprometo a analizar en otra ocasión.

No me olvido de los degenerados provinientes del protestantismo: Lutero y Melanchton (luteranismo), Calvino y Knox (calvinismo), Smyth y Helwys (anabaptismo), John Wesley (metodismo) o William Booth (ejército de salvación). Los continuadores de tan inmunda obra son telepredicadores americanos como Billy Graham, Pat Robertson o Jerry Falwell.

Nótese que no incluyo entre los cristianos "constitucionales" al fundador de todo este patético tinglado: Yeshu ben Pantera (más conocido como Jesús de Nazaret o "Jesucristo"), porque este individuo fue sólo un caradura que vivía a costa de sus gansadas y charlatanerías, aunque le quepa el dudoso mérito de que las mismas fueran seguidas con furor por parte de la hez de la sociedad de su tiempo. Igual de falsarios que Yeshu (e igual de vividores) fueron Enrique VIII de Inglaterra (anglicanismo) y los creadores de derivados postcristianos: Joseph Smith (mormonismo), Ellen White (adventismo) o Charles Taze Russell ("testigos" de Jehová), sin dejar de lado a ese escritorzuelo fracasado de ciencia ficción que fue L. Ron Hubbard (cienciología). Todos ellos tienen en común su aversión al trabajo y su profunda deshonestidad intelectual y personal.

Los clérigos (llámense sacerdotes, obispos, pastores o predicadores) pertenecen por lo común al tipo de los cristianos "constitucionales", salvo una notable minoría que, siguiendo los pasos de Yeshu, Enrique VIII, Smith o Hubbard, se meten en la vida eclesiástica para vivir de engañar al prójimo o satisfacer sus caprichos. De este selecto grupo salen las altas instancias del Estado vaticano (cardenales, papa), del que las estadísticas arrojarían la mayor proporción de ateos del planeta... si sus habitantes dijeran la verdad acerca de lo que creen.

El segundo tipo del fiel de esta abyecta superstición es el adherente común, el tontaina, el simple traga-hostias, el pelagatos a quien han engañado desde pequeño para que se crea el conjunto de disparates que constituye la mitología judeocristiana o que, peor aún, se convirtió a ella siendo adulto (lo cual dice muy poco en favor de su inteligencia). Le vamos a llamar cristiano "borreguil", porque cuadra muy bien con la terminología eclesiástica acerca de la grey, el rebaño, y el "buen pastor".

El cristiano "borreguil" no pinta nada, o pinta muy poco. Es sólo el ingenuo que pone el dinero o, a veces, el trabajo de los que viven los clérigos. Digámoslo claro: es una víctima del odio a la vida que sienten los cristianos "constitucionales" y de la aversión al trabajo que siente cierto sector del clero. Son dignos de lástima, porque a fuerza de estar bajo la influencia de los cristianos "constitucionales" y de que les pongan como modelo de vida y de virtud los perniciosos ejemplos de Yeshu y de sus santos y papas, muchos cristianos "borreguiles" terminan cediendo a la misma pulsión de muerte y quedan en lo personal totalmente arruinados: se convierten en guiñapos manejados por clérigos sin escrúpulos.

¡Pierdes el hilo, Cavernarius! Me centraré: ¿qué tiene que ver "HazteOír" en todo esto? Pues mucho, porque vamos a ver cómo esa asociación cristiano-fascista es el invento de un clérigo que, con la ayuda de unos cuantos cristianos "constitucionales", pretenden convertirnos a todos, creyentes o no, en unos borregos. Pero eso será otro día.

6 comentarios:

Ñbrevu dijo...

Qué retorno tan prometedor :D.

Anónimo dijo...

sólo un inciso, no creo que el suicidio sea rechazado por cobardía. una institución que predica entre sus acólitos lo mierda que es la vida debe poner sumo cuidado o se queda en un plis sin gallinas de huevos de oro.
cris

Anónimo dijo...

Soy LIBERAL DECLARADO y me gusta tu blog: ¿debo revisar mi liberalismo o mi anticlericalismo?

Anónimo dijo...

¡Siga hombre, siga!, yo te apoyo.

Cavernarius dijo...

Muy bien puntualizado, cris. Si el suicidio no fuera pecado, el clero perdería una buena parte de sus fieles (y de sus correspondientes ingresos). Aunque éstos son tan cobardes que no tantos se atreverían a dar el paso.

En cuanto a Flavio, creo que una vez anterior ya te contesté, pero vuelvo a hacerlo ahora: depende de lo liberal que seas. Si para ti esa ideología consiste básicamente en dar libertad a una determinada clase social para que explote a los trabajadores y estafe a los consumidores, deberías considerarte "ralea reaccionaria" y autoexcluirte de la lectura de este blog. Pero si crees que la libertad no es eso, que el liberalismo entronca con los valores ilustrados, junto con la igualdad y la fraternidad (esas grandes olvidadas) y no puede convertirse en un mero eufemismo de lo neocón, entonces te doy mi bienvenida.

No obstante, tengo que aclarar que nunca he sostenido que el ateísmo (o el anticlericalismo) lleve a la perfección moral por sí solo.

AgrupacionJovenesCristianos dijo...

Acusar de Desdichados y Degenerados a los cristianos a traves de un discurso que solo muestra tu inconformidad con tu propia existencia me parece una necedad... Aparte del populismo que quizas generan tus palabras no hay en ellas ningun apice de coherencia, lo cual es entendible al ver que te has dedicado a estudiar el cristianismo de mano de muchos autores que no tienen idea lo que es ser cristiano.
Su tu discurso estuviese centrado en la religiosidad y como esta ha castrado al ser humano, podrias haber formulado algun tratado que valiese la pena leer.
Por lo demas que discutas si el suicidio es o no pecado, no es relevante si pensamos que finalmente el suicidio es un escape rapido y por lo tanto es la mayor de las cobardias y eso es indiscutible.
Asi que estimado la proxima vez que levante un discurso que quiera gozar de cierta autenticidad primero interioricese en el tema, averigue y a partir de ahi escriba las conclusiones... si no terminara escribiendo la misma demagogia sin sentido que acaba de exponer, la cual sera respondida por los mismos que siempre apoyan los discursos faltos de consecuencia.

Atentamente
AJC

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